domingo, 14 de febrero de 2021

Julieta Glockner Rossainz y Graciano Sánchez Aguilar, a 46 años de su caída en combate

 Entre 2003 y 2007,  realicé una investigación biográfica sobre los militantes de las Fuerzas de Liberación Nacional caídos en combate, cuyos resultados publiqué en mi tesis/obra El fuego y el silencio en 2008. En la mayoría de los casos, las familias mostraron gran entusiasmo y apertura ante el hecho de que por fin se reconociera la lucha y el sacrificio de sus asesinados y desaparecidos. En este blog, publiqué la mayor parte de esas semblanzas biográficas, excepto en aquellos casos donde algunos familiares me pidieron no mencionar a sus deudos. En esos momentos, decidí respetar su deseo, pero a tantos años de aquellos hechos, considero que mi indulgencia no fue lo más acertado. Ni la historia ni los personajes históricos tienen dueño y el respeto a los actores vivos no puede traducirse como silenciamiento, pues hay un interés superior que es el de dar a conocer hechos fundamentales del pasado a las nuevas generaciones. La conciencia histórica es fuente de identidad e instrumento invaluable para la comprensión del presente. Ningún interés particular puede estar por encima de ella, mucho menos tratándose de hechos que representan violaciones graves a los derechos humanos que aún tienen la posibilidad de investigarse penalmente.

De forma considerablemente tardía, he decidido difundir las biografías de Julieta Glockner Rossainz y Graciano Sánchez Aguilar, a 46 años de su caída en combate en Cárdenas, Tabasco. Hechos nunca investigados a detalle ni esclarecidos judicialmente, sobre los que yo apenas tuve un atisbo. Sirva esta información para despertar el interés de los jóvenes investigadores por desentrañar ese pasado. 

JULIETA GLOCKNER ROSSAINZ (A) COCO, PAZ, AURORA

 


 

Nació el 1º de octubre de 1948 en la ciudad de Puebla, Puebla. Era hija del doctor Julio Glockner Lozada (rector interino de la Universidad de Puebla en 1962) y de Teresa Rossainz, ambos de ascendencia francesa. Desde muy joven comenzó a militar en la Juventud Comunista, de cuyas filas fue expulsada. A los 15 años visitó la república de Cuba, donde convivió con la familia de Ernesto “Che” Guevara. En lo sucesivo, intentó sin éxito convertirse en internacionalista. Fue activista del movimiento estudiantil de la Universidad de Puebla, institución en la que hizo estudios en medicina. Participó en el Frente Electoral del Pueblo y apoyó de forma solidaria diversas huelgas y manifestaciones obreras. Contrajo nupcias con el líder estudiantil Carlos Martín del Campo Ponce de León, quien fue encarcelado a raíz de la matanza del 2 de octubre de 1968. Durante dos años lo visitó en la Penitenciaría de Lecumberri. A fines de 1969, su hermano Napoleón Glockner la invitó a participar en las FLN, a las que se integró como militante urbana. En julio de 1971 la organización fue descubierta y los hermanos Glockner se vieron obligados a pasar a la clandestinidad, renunciando a sus familias. Por su capacidad de liderazgo, Julieta fue encargada de la red urbana del Distrito Federal y fue la responsable  que logró captar más cuadros profesionales para las FLN entre 1972 y comienzos de  1974. El 14 de febrero, cuando el ejército perpetró la masacre de Nepantla, Julieta se presentó a las afueras de la casa a enterarse de los acontecimientos, de los cuales informó a la organización.

A lo largo de un año, Julieta y sus compañeros se volcaron a la reconstrucción de las FLN. Por méritos propios, fue incorporada a la dirección nacional del grupo y participó en la formación de nuevas redes urbanas. El 6 de febrero de 1975, en Villahermosa, Tabasco, militantes de las FLN fueron descubiertos por la policía judicial, con la que tuvieron un enfrentamiento. Julieta y Graciano Sánchez emprendieron la fuga hacia Cárdenas, a fin de llegar a Coatzacoalcos, Veracruz, pero fueron interceptados por elementos del 57º Batallón de Infantería en la región de Plan Chontalpa, el 7 de febrero. Graciano fue el primero en caer y Julieta, sin más arma que una Browning 9 mm, se enfrentó a los militares equipados con potentes ametralladoras M-2.

Los jóvenes asesinados fueron sepultados en el Panteón civil de Cárdenas. Los pobladores que conocen su historia han formado un mito en torno a ellos. Julieta es recordada como la “guerrillera bonita”. En 1999 su familia pudo recuperar sus restos y trasladarlos a Puebla, donde permanecen en una urna con la inscripción: “A Julieta, hermosa y valiente luchadora social”.

 

           GRACIANO ALEJANDRO SÁNCHEZ AGUILAR (a) TEODORO, PACHA, GONZALO



Nació el 31 de diciembre de 1941 en Sabinas, Coahuila.  Entre 1959 y 1962 estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad de Nuevo León. Impartió clases a hijos de obreros en la Escuela Industrial “Álvaro Obregón”. Como litigante, fue uno de los defensores de las trabajadoras de la fábrica “Medalla de Oro”, así como de los vendedores ambulantes de Monterrey y de obreros y campesinos de diversas regiones del estado de Nuevo León. Fue simpatizante del Movimiento de Liberación Nacional y participó en la creación del Instituto de Intercambio Cultural México-Cuba en Monterrey. La sistemática represión hacia los movimientos sociales lo llevó a transitar de un inocuo activismo, dentro del grupo denominado “Unión Revolucionaria Socialista”, hacia la guerrilla de inspiración castro-guevarista. De este modo, el 31 de enero de 1969, a tan sólo cuatro meses de la masacre de estudiantes de 1968, Graciano se incorporó al Ejército Insurgente Mexicano, una de las primeras organizaciones político-militares en establecerse en la selva lacandona. El EIM se desintegró por diferencias entre sus miembros, por lo que el grupo de regiomontanos encabezado por César Yáñez Muñoz fundó una nueva organización, denominada Fuerzas de Liberación Nacional, el 6 de agosto de 1969. Graciano fue uno de los nueve fundadores de las FLN. Fue responsable de diversas casas de seguridad en el sureste mexicano y tuvo un trabajo de camuflaje como secretario del alcalde municipal de Estación Juárez, Chis., cargo que desempeñó entre mediados de 1972 y principios de 1974. Después de la caída de la organización, contribuyó al repliegue de los sobrevivientes en la ciudad de Villahermosa, Tabasco. Fue asesinado junto con Julieta Glockner el 7 de febrero de 1975 por el 57º Batallón de Infantería en la región del Plan Chontalpa.

            Los dos jóvenes fueron enterrados con absoluto sigilo en el panteón civil de Cárdenas, Tabasco y la policía se negó a entregar los cuerpos a los familiares, quienes se enteraron de la noticia por los periódicos. Algunas personas en Cárdenas, que conocieron a estos jóvenes en la clandestinidad, les erigieron un monolito en su tumba con la leyenda “homenaje a los héroes caídos en Cárdenas, Tabasco, quienes lucharon hasta la muerte por liberar al pueblo de la explotación. Es mejor morir de pie que vivir de rodillas”. Otras manos anónimas añadieron una lápida con el lema legendario “Hasta la victoria siempre, venceremos!!!” Sus restos fueron recuperados por su familia en 1999 y llevados a su ciudad natal.