Una actitud deleznale por parte de algunos de los involucrados en el diseño y conducción del proceso de selección de la recién inaugurada Comisión para el Acceso a la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (CoVEH) de la guerra sucia, ha sido señalar -sin pruebas- que yo no fui seleccionada para ser parte de los comisionados porque no hice un uso ético de la información confidencial en mis investigaciones sobre el periodo. También dicen en sus corrillos que mis críticas al desaseo del proceso obedence a un presunto resentimiento/ego herido ocasionado por mi exclusión. Curiosamente, sólo circulan sus calumnias ante los colectivos de víctimas de la guerra sucia y en otros espacios privados, pues como seres de las sombras que son, no pueden probar sus dichos con evidencia ni tampoco tienen la menor intención de posibilitarme el derecho de réplica públicamente. Sin embargo, cuando termine de salir a la luz toda la verdad, ellos quedarán en una postura muy comprometida, al haber convertido un proceso tan importante para la memoria histórica y la lucha contra la impunidad en un club de afinidades políticas y personales. Tras dos meses de haber hablado con diferentes participantes de los colectivos de víctimas, quienes eligieron a los comisionados de la CoVEH en una instancia autodenominada "asamblea de colectivos," no deja de sorprenderme que el proceso haya sido conducido de una manera tan turbia y sin el menor asomo de responsabilidad por parte de la SEGOB.
A los periodistas e investigadores del presente y a los historiadores del futuro, encargados de escrutinizar la historia y el funcionamiento de la comisión de la verdad, les propongo la siguiente hipótesis, para que la confirmen o refuten. La lógica con la que ha gobernado el partido MORENA en la presente administración, no parte de la negociación con actores plurales para resolver conflictos, como tampoco de la inclusión de personas apartidistas o de agrupaciones políticas distintas (de capacidad probada) en la administración pública. Por el contrario, MORENA busca que cada servidor público y cada actor de la sociedad civil con el que interactúen sea un simpatizante o aliado declarado del presidente. Los demás son considerados enemigos a los que se les debe combatir por diferentes medios, principalmente en la arena pública, en redes sociales y medios afines al gobierno, no importa si son de derecha o izquierda. La forma en la que se creó la comisión de la verdad fue un microcosmos de este accionar de la llamada cuarta transformación (4T).
Los funcionarios de la SEGOB buscaron garantizar que en la comisión estuviera sólo gente afín a la 4T, para lo cual se valieron de la complicidad de personajes que asumen una triple identidad como investigadores, asesores/funcionarios de Gobernación y víctimas. Pongo como ejemplo el caso -no único- de la señora Alicia de los Ríos, una de los dos miembros del comité de selección que elaboró los puntajes de los postulantes a la CoVEH (un tercer miembro, perteneciente a la ONU, estuvo en calidad de asesor técnico, pero no tomó parte en el proceso). Parte de la jugada de ajedrez consistió en transmitir en línea las entrevistas con los postulantes, para darle un cariz de legitimidad a algo que ya estaba pre-cocinado, aunque se necesita la evidencia para demostrarlo fehacientemente. Por ello, el 1o de noviembre solicité a la SEGOB que se hicieran públicos "los puntajes de todos los candidatos participantes, así como la información relativa a la selección de los cinco comisionados, los criterios de selección, las entidades individuales y colectivas que participaron en el proceso de selección y las minutas de las reuniones que se llevaron a cabo para elegir a los comisionados, en el entendido de que el proceso fue público y no hay ningún impedimento para que esta información sea transparentada."
A pesar de que el proceso de selección duró solamente cinco días, la SEGOB tardó dieciocho días en procesar su respuesta. El documento responde tangencialmente algunas de mis preguntas, sólo incluye mi puntaje, a pesar de que es bastante claro que pedí el de todos, y evade el tema mayor, que es la existencia de la asamblea de colectivos. Espero que otros investigadores tengan más éxito para esclarecer qué colectivos la integraron, por qué a algunos abogados se les fue otorgado un voto individual cuando sólo las víctimas tenían ese derecho, quién resguarda las minutas y los videos de sus reuniones en Zoom y con qué criterios eligieron a los comisionados. Esta es la segunda parte de mi hipótesis. La señora De los Ríos, con el interés de colocar a sus candidatos personales a toda costa -dos asesoras de Gobernación amigas suyas, un asociado del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro que lleva el caso de su madre ante instancias judiciales e internacionales y el director del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan- manipuló los puntajes para beneficiar a sus favoritos y perjudicar a quienes considera sus adversarios. Con estos puntajes, que posiblemente no reflejan más que su opinión personal y el interés del señor Encinas por tener una comisión controlada, la asamblea de colectivos tomó la decisión final. Sobre los detalles escabrosos que me han revelado quienes participaron en la votación no me compete ventilar nada, pues ellos han preferido guardar silencio por razones estratégicas y de seguridad personal. Lo único que puedo decir es que, si los investigadores logran que los videos de la votación salgan a la luz, a nadie le quedará duda que la asamblea de colectivos no se basó en criterios rigurosos. Por el contrario, votaron con base en vetos derivados de viejas rencillas personales, difamaciones, mentiras, y unos puntajes de dudosa integración. Además, de común acuerdo, excluyeron a todos los postulantes no radicados en México. Cabe señalar también que algunos de los colectivos ni siquiera sabían que las dos investigadoras que se encontraban en la lista de los puntajes más altos, Eugenia Allier y Aleida García, eran asesoras de Gobernación. Nunca habían oído hablar de ellas pero creyeron en los puntajes. La señora De los Ríos y sus cómplices engañaron a las propias víctimas con las que buscaban legitimar el proceso.
Esto me lleva a responder tres de los cuestionamientos que se me han hecho sistemáticamente en redes sociales. 1) Por qué quise participar en el proceso de selección? Como lo he expresado en escritos anteriores, yo creía que se trataba de una iniciativa seria, que se basaría en los modelos ofrecidos por otras comisiones de la verdad en América Latina y el resto del mundo y, sobre todo, que representaba la última oportunidad para saber lo que pasó con los desaparecidos de la guerra sucia. Por supuesto, si desde el principio hubiera sospechado que se trataba de una iniciativa cuyo objetivo era simular que el gobierno cumplió con una deuda histórica, no me hubiera postulado. 2) Por qué no hice un escándalo público en cuanto me di cuenta de que el proceso estaba lleno de irregularidades? Con razón o sin ella, puse por encima el interés de las víctimas de los colectivos. Desde el mismo día de la votación (28 de octubre) en adelante, varias de ellas me contactaron para describirme los pormenores de una votación con la que quedaron insatisfechas pero aceptaron como un mal necesario. Las víctimas me pidieron que no dijera nada para no afectar algo que representa para ellas una luz y una esperanza en la lucha histórica que han dado. Su reclamo me pareció justo, aún cuando iba completamente en contra de los intereses de otros compañeros postulantes, el de las víctimas no organizadas y el mío propio. Si mis declaraciones podían ser usadas para sabotear a la comisión, era mejor guardar un silencio prudente. 3) Por qué soy la única que ha manifestado su inconformidad ante el proceso de selección y por qué lo hice tardíamente? Algunos postulantes con los que tuve contacto me dijeron que al darse cuenta de que no era una iniciativa seria, perdieron todo interés en involucrarse en una discusión pública o privada sobre lo que consideran una farsa que no llevará a nada. Otros comparten mi indignación, pero no están en condiciones de hacer públicas sus críticas, por temor a las consecuencias. Por mi parte, estoy en una situación privilegiada que me permite no temer a las represalias del gobierno ni mucho menos a los rumores malintencionados de ciertos funcionarios de la SEGOB y sus aliados, quienes en lugar de tener la humildad de ejercer la autocrítica, pedir perdón por sus omisiones o buscar la reconciliación, insisten en sus calumnias infantiles. Si hablo hasta ahora es precisamente porque ellos persisten en la lógica de la omnipotencia de quien se lleva el "carro completo" y no tiene nada que negociar con nadie, lo cual me parece muy lamentable, pues pareciera que le dan a la CoVEH el tratamiento de botín político.
Como una ciudadana que ha pertenecido a la oposición la mayor parte de su vida, no tengo ninguna razón de peso para regalarle mi silencio a la 4T. Espero que en algún momento entiendan el valor del pluralismo y el papel de las minorías y abandonen el fetiche priísta del carro completo, sobre todo tratándose de un asunto tan delicado, como son los derechos humanos, que no deben ser sometidos a una lógica partidista bajo ninguna circunstancia. También confío en que las víctimas de la época actual aprendan de la experiencia en la creación de esta comisión de la verdad, para que pugnen por un modelo completamente distinto, que no caiga en el partidismo y el personalismo que tanto daño han hecho a la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, no sólo para los agraviados, sino para la sociedad mexicana en su conjunto. Es hora de que se abandone la visión patrimonialista de los derechos humanos, como algo que compete exclusivamente a quienes han sido lesionados en sus derechos. Ese entendimiento limitado ha favorecido, entre otras cosas, el aislamiento de las víctimas y la formación de ciertos liderazgos/cacicazgos que buscan construir una especie de clientelas políticas con los afectados. Cuando la sociedad en su conjunto entienda que la violación de los derechos humanos de uno solo nos afecta potencialmente a todos, podremos construir una auténtica cultura ciudadana contra el abuso de poder, la impunidad, el olvido y el silencio.
A continuación, reproduzco la respuesta que le dio la SEGOB a mi solicitud de información.
Ciudad de México, a 19 de noviembre de 2021
Asunto: Respuesta a solicitud de información
DRA. ADELA CEDILLO
ASSISTANT PROFESSOR
UNIVERSITY OF HOUSTON
P R E S E N T E.
En atención a su solicitud de información del 01 de noviembre de 2021 que a la letra dice:
Por este conducto, en mi calidad de postulante a la Comisión para el Acceso a la Verdad, me permito solicitar los puntajes de todos los candidatos participantes, así como la información relativa a la selección de los cinco comisionados, los criterios de selección, las entidades individuales y colectivas que participaron en el proceso de selección y las minutas de las reuniones que se llevaron a cabo para elegir a los comisionados, en el entendido de que el proceso fue público y no hay ningún impedimento para que esta información sea transparentada.
Al respecto comparto con usted que el Comité de Selección quedó instalado el 13 de octubre de 2021, siendo integrado por:
I. Alejandro Encinas Rodríguez como representante de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación.
II. Alicia de los Ríos Merino como representante de los colectivos de familiares de personas detenidas-desaparecidas y de sobrevivientes de la contrainsurgencia del pasado reciente.
III. Con la asesoría técnica de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Quedando representada en dicha ocasión por Jesús Peña Palacios.
El Acta de instalación del Comité de Selección es pública y puede ser consultada en el siguiente enlace:
https://comisionverdadyjusticia.segob.gob.mx/PDF/ACTA_DE_INSTALACION_DEL_COMITE_DE_SELECCION.pdf
De igual forma, la información relativa al proceso de selección, los criterios y las fases, se encuentra ya publicada en a través del documento “Versión pública del resultado del proceso para seleccionar a las cinco personas expertas que se integrarán a la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990”. Disponible en el siguiente enlace:
https://comisionverdadyjusticia.segob.gob.mx/PDF/RESULTADO_PROCESO_DE_SELECCION.PDF
Los criterios de selección que contribuyeron a la toma de decisiones en la designación quedaron referidos en la cláusula XVIII de dicho documento, estando desglosado cada criterio por indicador, definición y escalas de medición.
Sobre los puntajes obtenidos hago de su conocimiento lo siguiente:
· En relación a los criterios de evaluación curricular, de un total de 26 puntos posibles, tras la revisión de los documentos entregados por usted durante el proceso de selección, usted obtuvo 16 puntos. En esta evaluación, el máximo puntaje obtenido fue de 18.
· En relación a los criterios de evaluación para la etapa de entrevista, de un total de 16 puntos posibles, tras haberse llevado a cabo el proceso de entrevistas, usted obtuvo 8 puntos por parte de la Subsecretaría de Derechos Humanos.
Como lo establece la base OCTAVA de las Bases de la Consulta Pública para seleccionar a las cinco personas expertas que se integrarán a la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990, el Comité de Selección valoró de manera colegiada, con la asistencia técnica de la OACNUDH, cada uno de los perfiles hasta consensuar en la selección de las cinco personas expertas que forman parte de la Comisión.
Las bases pueden consultarse en:
Sin más por el momento, quedamos de usted.
EQUIPO TÉCNICO
"No hay democracia con desaparecidos," un lema vigente al día de hoy.
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